Somos pibes y pibas adolescentes que estamos terminando la
primaria.
Algunos tenemos techo y otros vivimos en la calle. Venimos
al cole a estudiar mucho y a aprender para tratar de salir adelante y hacer las
cosas bien, para poder tener un futuro mejor.
Nos levantamos, nos cambiamos, nos preparamos y venimos a la
escuela a enseñar y a aprender. Estudiamos, algunos trabajamos y nos ganamos la
vida para comer .
Nos gusta juntarnos con amigos y amigas, hablamos, jodemos y
nos ayudamos siempre.
Algunos también somos padres.
Esta escuela es un lugar positivo donde hay comunicación con
otros. Nos da la educación que nunca tuvimos en la calle. Aprendemos y hacemos
buenos amigos. Es para nosotros un lugar de armonía para nuestras mentes que
nos ayuda a olvidarnos de las cosas malas. Nos divertimos, hacemos compañeros
nuevos y los ayudamos a incorporarse a la forma de vida de nuestra escuela.
Es importante para nosotros comunicarnos para aprender de
los demás, para conocernos y hacernos amigos. Si en el mundo no hubiera comunicación
seria un despelote.
¿Sino como sabríamos lo que queremos o pensamos?
Si nos comunicamos podemos escuchar ideas de los demás y
aportar mucho más de lo que pensamos.
Conocer a otras personas es bueno para contarnos cosas que
nos pasan en la vida.
Lo interesante de conocernos con la gente del barrio es que
nos podemos hacer amigos, hacernos favores, darnos ideas y que sepan que los
jóvenes de la calle podemos hacer muchas cosas y no solo lo que dicen los
diarios.
Podemos ayudarnos entre vecinos, contarnos como somos y que
hacemos.
¿Querés venir conmigo a la escuela?
Acercate, hay muchas cosas para hacer, te esperamos.
Venite a un acto y te enseñamos la escuela por dentro.
Para la tapa de este número elegimos el retrato del maestro
Isauro Arancibia por ser un buen ejemplo de vida. Sin su sacrificio no
existiría esta escuela, el nos representa como maestro que luchó por la escuela
pública.
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